Día Mundial del Medio Ambiente: día para reflexionar cuántas hectáreas se han deforestado entre el año anterior y este que también acudimos a esta celebración.

Tiempo para meditar cuántos kilos de agroquímicos hemos consumido como población, o cuántos lagos y ríos hemos contaminado como acción de actividades industriales y agrícolas de grandes extensiones de monocultivos.

Es día para meditar de los grandes daños que hace la caza y  cuántos animales han muerto por acción de los seres humanos en afán de exhibir trofeos o de competir quién mata al animal más grande, o más veloz, o más bello del bosque.

Tiempo para hacer conciencia de las miles de toneladas de plástico que van a parar a los océanos y la consecuente muerte de especies marinas enredadas en bolsas o redes, o empapadas de aceite derramado accidentalmente o depositado intencionalmente en sus aguas.

Es momento para pensar en la cantidad de derivados fósiles que consumimos en el transporte, o en la contaminación sónica de pueblos y ciudades. Así como oportuno pensar en el daño humano y ambiental que producen las guerras en el mundo, guiadas por intereses espurios y que envenenan a la naturaleza, mueren miles de seres humanos y causan daños irreversibles.

Fecha para pensar qué podemos hacer como individuos, familia y sociedad para cuidar nuestra casa, nuestra única casa: el planeta Tierra.

(Acompaña esta nota foto de árbol cercano al aeródromo de Golfito)