La plaga de Justiniano, azotó a los territorios del imperio romano en los años 541-543 d.C, con varios brotes 558 y 561 d. C., y  594 y el 597 d. C.

La peste negra, peste bubónica o muerte negra, causada por la bacteria Yersinia pestis, afectó a Europa en el siglo XIV entre 1347 y 1353.

La Gripe Española  1918 y 1920 afectó a más de 40 millones de personas en todo el mundo. Se desconoce la cifra exacta de la pandemia pero fue devastadora. Aunque el origen de la epidemia no es España, fue el único país que se hizo eco del problema, por ser una de las poblaciones más afectadas.

Conforme las comunicaciones mundiales se fueron expandiendo, así es como rápidamente se propagan las enfermedades infecciosas. De tal manera que las comunicaciones terrestres, aéreas y marítimas de la actualidad permiten que en pocos días se pueda extender una enfermedad transmisible. Tal como está sucediendo actualmente con el COVID-19.

Por eso la importancia de respetar las indicaciones que provengan de las autoridades sanitarias para proteger la salud individual y colectiva e informarse de fuentes debidamente reconocidas.