El silencio y la salud

Silencio y salud van de la mano. Los centros de atención de la salud, clínicas y hospitales, por ejemplo, han de ser lugares en donde el ruido interno y externo se debe controlar para el bienestar de los pacientes y la salud laboral de los trabajadores. El ruido es un sonido que afecta la salud  y este se puede entender como un sonido inarticulado, generalmente desagradable y que va más allá de los decibeles permitidos.

El ruido es uno de los factores que generan estrés entre las personas.

En los lugares de internamiento han de prevalecer el silencio y la tranquilidad para una mejor atención, recuperación y estadía de los pacientes.  La incomodidad por ruido en clínicas y hospitales afecta la salud de las personas, especialmente en aquellos centros ubicados en zonas urbanas de alto tránsito.

Lo anterior se complica aún más por cuanto los problemas ambientales  por contaminación acústica siguen aumentando.

Para luchar contra la contaminación sónica cerca de los centros de salud,  la Ley de Tránsito, número 9078, prohíbe el uso de altoparlantes  a una distancia menor de cien metros de clínicas y hospitales; también prohíbe el uso de las bocinas y otros dispositivos sonoros a una distancia menor de los  cien metros. En caso de incumplimiento la ley establece multas a los conductores que incumplan con estas disposiciones.

La Asamblea Mundial de la Salud, Ginebra, mayo 17, llega a una serie de acuerdos, y entre uno de ellos, el correspondiente al ruido. “En la resolución se pide (…) a la Secretaría que prepare un informe mundial sobre la audición y proporcione apoyo a los países para ayudarlos a reducir la pérdida de audición, incluida la causada por la exposición al ruido.” http://www.who.int/mediacentre/news/releases/2017/vector-control-ncds-cancer/es/

“El comienzo de la sabiduría es el silencio” Pitágoras. Démosle entonces el valor que tiene, especialmente en ambientes en los cuales las personas lo necesitan para su recuperación, o bien para trabajar por el bienestar de los demás.