No hay duda que el tabaco es nocivo para la salud de las personas, tanto las que fuman como las que viven en el entorno del fumador. El humo del tabaco causa múltiples problemas de salud y hasta la muerte de los fumadores.

Nuestros servicios de salud atienden a muchas personas con cánceres de diversa naturaleza producto del uso del cigarro, así como por diversas afecciones producto de esta práctica considerada como vicio.

Dos objetivos de la Ley General de control del tabaco y sus efectos nocivos en la salud, N° 9028 de marzo de 2012, se fundamentan en reducir el daño sanitario, social y ambiental originado por el tabaquismo  y en prevenir la iniciación en el tabaquismo, especialmente en la población de niños y adolescentes.  Dos objetivos esenciales para reducir la morbilidad y mortalidad por esta causa, y por ende eliminar esta práctica a tempranas edades que es en las cuales va germinando como vicio muy difícil de abandonar, muchas veces excepto cuando el daño está hecho y sus efectos irreversibles.

Uno de los efectos tóxicos más importante es el cáncer, que se produce por la exposición a una combinación de cancerígenos potenciales, o bien a la exposición de determinadas sustancias que a pequeñas dosis no son peligrosas pero sí tras acumulación en el organismo. Además de haber una relación directa con el cáncer de pulmón, hay evidencias de la mayor incidencia de otros tipos de cáncer (laringe, esófago, cavidad oral, vejiga y riñón, etc) en los fumadores. Destacan también en importancia la enfermedad cardiovascular (isquemia coronaria, infarto de miocardio, accidente cerebro vascular, arteriosclerosis), y la respiratoria, pudiendo llegar ésta a sus peores consecuencias que es la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), pasando por bronquitis, asma, etc.  (Martín Ruiz A, Rodríguez Gómez I, Rubio C, Revert C y Hardisson A. Efectos tóxicos del tabaco, en Rev. Toxicol. (2004) 21: 64-71, consultada en http://www.redalyc.org/pdf/919/91921302.pdf )