Es un hecho que las personas que acudimos a los Centros de Salud sean públicos o privados, esperamos una atención cálida por parte de quienes están llamados a prestar un servicio. Muchas personas acudimos en estado de vulnerabilidad (padecemos una enfermedad, enfrentamos un dolor físico o emocional…) y ello hace que la comunicación entre pacientes y personal sea lo más asertiva posible.
El desarrollo tecnológico no debe ser una barrera para la comunicación. La operación de valiosos equipos diagnósticos y de tratamiento no han de ser una barrera para la comunicación entre quien necesita el servicio y quien lo presta. La buena comunicación siempre ha de prevalecer.
Autoridades de instituciones públicas y privadas de la salud y de la academia, han comprendido la necesidad de formar personal que se comunique con las personas de la mejor manera posible, respetando de ellas sus creencias, sus opiniones y su autonomía para encontrar en conjunto la mejor vía para solucionar problemas de salud individuales, familiares y de la colectividad.
Se entiende que muchas barreras de acceso se pueden eliminar con una buena comunicación y con un clima laboral que permita la confianza entre prestadores y usuarios de los servicios.
(Acompaña esta nota un detalle de «Los presentes» del escultor Fernando Calvo, en jardines del Banco Central)